Tu lugar favorito

-¿Tu lugar favorito en el mundo?
-¿A qué viene eso ahora?
-Tú contesta y ya está.
-Pues ahora mismo no se me ocurre nada, es que tía, ¡vaya preguntitas!
-Venga va, mójate, que pensar un poco de vez en cuando no viene mal.
-No, dímelo tú primero y así sé por dónde vas.
-Pues... Otoño, en  París, andando por una calle repleta de gente que no sabe ni siquiera que existo, tapada hasta los ojos, con un frío de ese que te hiela los huesos y viendo como caen las hojas amarillas de los árboles ¡ah! y sintiendo entre mis manos un chocolate muy caliente, ¿Contento? Venga va, te toca y ya no tienes escusa.
-Pues…
-Venga, ¡tío! ¿Un partido de futbol en directo? ¿El concierto ése que quieres ver desde que tienes uso de razón? ¿Un viaje con todos tus amigos al paraíso de la cerveza? No sé di algo, ¡lo que se te ocurra!
-Pues no, lo que has dicho es digno de ser mi lugar favorito del mundo, pero no, es algo más especial.
-¿Anda sí? Bueno, si aún me sorprenderás y todo.
-Mi lugar favorito del mundo es aquí, contigo, rodeado de toda esta panda de gilipollas que no se pueden ni imaginar lo mucho que te quiero.

Cambios


Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer el perder y empecé a temer el no ganar. Descubrí que no era yo la mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente ser mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien Amigo. Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento. Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas… Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerlos realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar, ahora simplemente duermo para soñar.

Adiós... A tu adiós.

Hoy, quiero pedir perdón a la sinceridad y a la resignación daré mi orgullo...
Tú, dueño de mi paz... me alejo con temor al no saber decir lo que siento por ti.
Nada más amanecer me apetece oír tu voz, y en silencio me he entregado a la esencia de tu voz. Pero a mi pasión le puede el miedo... y te escribo mi adiós.
Se acabó, ya no quiero hablar palabras de amor que no van a más... Me acostumbraré a vivir en tus recuerdos... y algún día... Me verás.
Y quizás te acuerdes de mi... la que en silencio dio todo por ti.
Me faltó el valor para superar mis miedos y ahora... te doy mi adiós.
Hoy, quiero pedir perdón, por esta ingenuidad. Perdón por no saber lo que sentía.
Yo, dueña de tu paz... te digo que es muy fácil querer a quien lo da todo.
Y te digo también nada más amanecer yo también quiero oír tu voz.
Tengo miedo de tus miedos, y te pido por favor... que sea tu pasión quien venza el miedo y no digas adiós...
Se acabó ya no quiero hablar.. Ven y bésame. Regálame tu paz.
Te daré el calor de un brillo de luna eterno... y en mi pecho dormirás con la voz de mi corazón.
Que dulces momentos me das con tu olor...
Eres tú sin más todo lo que yo esperaba...
Y le digo... Adiós a tu adiós...