Mi mitad.

Es ella. Estoy segura. Hay veces que siento que se olvida de mi. Que las cosas ya no son como eran antes. Es cierto. Hay veces que me entran ganas de llorar, porque parece que la pierdo. Parece que no le haga falta. Eso me asusta. Me asusta mucho mucho. Porque no imagino mi vida sin ella al lado. Porque es mi familia. Diga lo que diga la vida. Siempre lo será. Por eso. Por eso mismo sé que me quiere, porque siempre, siempre, siempre lo demuestra. Antes o después. Es como es. La quiero tantísimo que no imagino lo que pasaría sin que ella estuviera conmigo. Sin sus locuras. Sin esas cosas que hacen que salgas corriendo hacia donde está para abrazarla. O las veces que le dices lo loca que está. Porque lo está. No cabe duda de ello. Es especial. Muy especial. Por eso, aunque a veces piense que la estoy perdiendo siempre nos encontramos. Somos dos. Dos amigas hasta el final. Está jurado. Está escrito. Siempre. No lo dudaría nunca.

Date cuenta.

Me he dado cuenta de que no hay amor sin odio, por eso solo hay un paso de una a otra cosa. Que por muchas veces que he dicho que he olvidado o perdonado a alguien sé que es mentira. Que ni todas las personas son tan buenas como creemos ni tan malas como pensamos. Que hay algunas que solo quieren llamar la atención y otras que quieren pasar desapercibidas. Me he dado cuenta de que tus mejores amigos se pueden convertir en tus peores enemigos. Que hay canciones horribles a las que al final no puedes parar de oírlas. Que no hay peor dolor que el desamor y el adiós. Que es muy fácil hacer o decir las cosas sin pensarlas y es muy difícil pedir perdón. Que esta vida no es nada justa, está llena de desilusión, de traición, de falsedad y de dolor. Que es muy fácil prometer y no hacer nada. Que los perros que más ladran son los que menos atacan. Que un "nunca" nunca es verdad. Que nos arrepentimos de demasiadas cosas. Que la primera vez en todo siempre es un desastre. Que el "para siempre" no existe. Que la perfección es un mito, y que eso de "te quiero" cada vez suena más a mentira.

Me equivoqué.

Pensé que no volvería a ilusionarme así, que no entraría nadie en mi vida que me hiciera tan feliz.
Me equivoqué, lo reconozco.
Llego él… rompiendo los esquemas, atravesando la coraza que impedía el paso hacia mi corazón.
Me gustaba todo de él, mejor dicho… me encantaba.
Cuando sonreía, cuando se ría, cuando me miraba como si le resultara totalmente indiferente, me gustaba cuando me abrazaba y me besaba, cuando me decía que me quería, cuando caminaba. Me encantaba como su olor se quedaba grabado en mi piel y sus palabras se repetían una y otra vez en mi mente. Me gustaban sus caricias y sus caras de burla. Me gustaba como me cuidaba y me protegía, como se preocupaba por mí. Como el mínimo detalle, lo convertía en algo especial. Me gustaba cuando me decía lo guapa que estaba cuando menos me gustan mis pintas.
Odiaba echarle de menos y más no poder besarle cuando me apetecía.
Nunca había estado tan segura de algo, y era que quería estar con él.
Pero de nuevo, me equivoqué. 
Me equivoqué por completo.

Seguro.

''De algo estoy segura. No podrá quererle como le quería yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. Es como si solo a mi se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos. Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto, y ella menos que ninguna. Ella, incapaz de amarle, incapaz de verle verdaderamente, de entenderle. Ella no se divertirá con esos tiernos caprichos.''

Felicidades mi pequeña.



Yo quisiera devolverte, todo lo que me has prestado... Esa sonrisa permanente, ese cariño derramado.
Yo solo sé que estoy a gusto aquíque no me quiero ir, que solo con mirarme haces que me sienta bien.
Esa mirada que todo me dice de ti, mi mirada que todo te explica de mi.
Yo sólo quiero hacerte saber mi niña que estés dónde estés si algo te falta yo te lo daré, y si te sientes sola háblame que te estaré escuchando aunque no te pueda ver...
Tú eres como mi sangre: Acudes a mi herida sin llamarte. 
Tu presencia me hace grande.
No vales oro... simplemente no tienes precio.
Eres tan grande que no se expresarte lo que por ti siento... Tantos momentos juntas, y tantos que nos quedan.
Mil anécdotas que recordarte... miles que todavía están por pasar...
Todo recuerdo tuyo está en mi corazón... Y aunque sean enormes siempre hay hueco para ellos.
Me ayudaste en mis problemas y borraste de mi el dolor. 
Gracias a ti aprendí a no obligarme a sonreír, porque tu pintas mis sonrisas.
Sin obligación pactamos estar siempre, y sin prisas eso se cumplirá.
Desde hace tanto tiempo compartimos algo muy especial, algo con principio pero sin final... Esta amistad tan especial y a la cual estoy por completo enganchada.
Gracias por todo lo que has hecho por mi, tu entraste en mi vida convirtiéndote en algo más que una amiga... Gracias por todo lo que me haces sonreír... Tú eres quien más me ha ayudado a seguir.
Le doy gracias al "destino" por ponerte en mi vida y a ti por darme tu amistad.
Tu has sido quien te has tragado mis lágrimas, quien ha callado todos mis secretos. 
En mi vida es un gran tesoro.
Y a pesar de ser tan diferentes, sabes que tenemos algo muy grande en común... Lo sabes.
No sabes la sensación que es saber que siempre estás, saber que nunca te irás. 
Haces que sea feliz, sin necesidad de que estés siempre junto a mi.


Creo que una buena forma de que comiences tus 17 años es recordándote todo lo que vales, todo lo que eres, todo lo que te quiero. 
Gracias por todo pequeña, te amoSH.