Me equivoqué.

Pensé que no volvería a ilusionarme así, que no entraría nadie en mi vida que me hiciera tan feliz.
Me equivoqué, lo reconozco.
Llego él… rompiendo los esquemas, atravesando la coraza que impedía el paso hacia mi corazón.
Me gustaba todo de él, mejor dicho… me encantaba.
Cuando sonreía, cuando se ría, cuando me miraba como si le resultara totalmente indiferente, me gustaba cuando me abrazaba y me besaba, cuando me decía que me quería, cuando caminaba. Me encantaba como su olor se quedaba grabado en mi piel y sus palabras se repetían una y otra vez en mi mente. Me gustaban sus caricias y sus caras de burla. Me gustaba como me cuidaba y me protegía, como se preocupaba por mí. Como el mínimo detalle, lo convertía en algo especial. Me gustaba cuando me decía lo guapa que estaba cuando menos me gustan mis pintas.
Odiaba echarle de menos y más no poder besarle cuando me apetecía.
Nunca había estado tan segura de algo, y era que quería estar con él.
Pero de nuevo, me equivoqué. 
Me equivoqué por completo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario